domingo, 9 de diciembre de 2007

Es mejor estar sano

La medicina es una ciencia difícil, muy difícil, porque los fallos los sufren seres vivos y eso duele, Germanio acudió desesperado a ver al Dr. Siloestán porque hace meses sufrió una experiencia funesta por decir algo agradable, el pobre hombre padecía dolor de ojos, le lloraban sin ni siquiera abrir las cartas de los bancos, por las noches no dormía a pesar de no tener deudas, y de no haber sido abandonado por su novia( cosa que no había sucedido por que no la tenía,...) y como no le cuadraban las cosas, y sobre todo como le dolía y pagaba una prima de seguro médica que daba para alimentar a toda la población inglesa del planeta, decidió ir y como se dice normalmente "ponerse en manos de su medico" que es como encomendarse a un Santo pero que en ese caso no lo es, al llegar a la consulta la sala de espera que es esa habitación donde te tienen durante mucho tiempo leyendo revistas de hace 5 años todas sobadas y llenas de microbios para que te cojas lo que no tienes, después de esperar 25 minutos entró el médico le miró y luego se puso a escribir (con esa caligrafía que se manejan los del gremio que hace falta traductor intérprete para enterarse) luego le sonrió y la enfermera le cobró 150 euros y encima de pagarlos no le sonrió !increíble!
Germanio fue a la farmacia y le dieron unas pastillas y unas inyecciones que le dijeron que se las tendría que poner el practicante. Germanio obediente acudió a su practicante que leyó la nota y le aplicó durante dos semanas inyecciones entre ceja y ceja, y al acabarlas las pastillas 1 por la mañana y una por la noche.Después de tres semanas Germanio volvió al médico con los ojos entumecidos morados y con el entrecejo como si le hubieran colado una pelota de tenis, el médico de momento se asustó (la enfermera no, porque no miraba a la cara a nadie sólo les encerraba en la antesala y les cobraba al irse , y aún no le había cobrado) luego sonrió y comprendió el malentendido, las inyecciones era para ponerlas entre caja y caja de pastillas no entre ceja y ceja, tras arreglar el "malentendido " le recetó lo mismo se lo explicó sonrió y se fue , la enfermera salió a cobrarle esta vez sólo 50 euros, y esta vez si que sonrió (será mala).
Aunque Germanio se hizo el tratamiento y se curó, está molesto y los ojos les tiene más oscuros desde entonces;el Dr hombre bueno donde los haya, y nunca lo suficientemente ponderado quiso darle un consejo positivo: lo primero contratar a un intérprete para las recetas, un animador para aquella amargada enfermera, y cuidarse mucho para no tener que volver porque al médico sabes cuando vas, pero nunca sabes si volverás y en que estado.
Desde aquí queremos darle ánimos a nuestro querido Germanio.

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