sábado, 23 de junio de 2007

Una aventura urbana

Galio, decidió ayer por la mañana tomar el autobús que le llevaba de las afueras al centro de la ciudad, en teoría el autobús pasaría cada 15 minutos pero por circunstancias que se desconocen hasta la fecha el autobús tardó casi treinta minutos, al subir al mismo hubo un momento de duda, pero la necesidad imperiosa de acercarse a la civilización impidió a Galio bajar de aquella máquina (que podría ser del mesozóico pero con ruedas)
El hombre que conducía aquel artefacto ofrecía una confianza que del 1 al 1o sería de menos doscientos, un hombre joven a "pecho pantera" que hacía sospechar que conduciría temerosamente hasta el destino como luego así fue, el condutor no sólo conducía de forma temeraria sino que su aspecto dejaba callados a todos: pelo rapado, camisa abierta hasta la cintura, gafas oscuras, y silvando sin cesar, lo que podría hacernos pensar que había sido abducido el día anterior por unos marcianos que luego le habrían depositado allí (hecho que aún no se ha podido desmentir) sus curvas eran como las del mejor parque temático del mundo, y el autobús podría ser el de un enfermo con síndrome de diogenes, pero todo el que subía le sucedía lo mismo que a Galio no se atrevía a bajar, y así poco a poco el autobús se llenó de gente ansiosa por abandonarlo, pero incapaz de enfrentarse a aquel extraño personaje... al llegar a destino había reacciones para todos los gustos, unos se abrazaban, otros lloraban de emoción, otros insultaban al conductor pero corrían como liebres por si las moscas, otros hacían hucha por si pudieran pagarse un taxi de regreso...lo cierto es que fue emocionante, y Galio ya no pisa los parque temáticos por que el autobús de su pueblo le ofrece terror, velocidad, e incertidumbre por un precio más económico.

No hay comentarios: